Una abrasión corneal es un rasguño o raspadura de la córnea, lo que provoca escaras en la cúpula transparente que cubre todo el iris y la pupila del ojo.
La córnea es fundamental para la visión, ya que ayuda a enfocar la luz que entra en el ojo. Las abrasiones corneales pueden afectar significativamente la visión si deja una cicatriz en la córnea.
Es posible prevenir las abrasiones corneales con el uso de gafas protectoras o antiparras para evitar la entrada de objetos, agua o productos químicos en los ojos durante actividades que expongan los ojos al peligro de lesionarse.
¿Qué causa una abrasión corneal?
Son diversas las causas que pueden generar un daño a nivel de la córnea. Entre las más comunes se encuentran:
- Golpes o ingreso de partículas al ojo, tal como alguna materia vegetal, aserrín o ceniza.
- Ingreso de materias extrañas como el polvo, suciedad o arena, que queden atrapados bajo su párpado.
- Accidentes de deporte o trabajo
- Lentes de contacto mal ajustados o mal cuidados.
- Frotarse los ojos con fuerza.
- Algunas enfermedades oculares o infecciones bacterianas.
En algunos casos, las abrasiones corneales pueden no ser percibidas de inmediato, ya que los síntomas pueden aparecer horas después de la lesión.
Síntomas de la Abrasión Corneal
Dentro de los síntomas más comunes de la abrasión corneal, se encuentran:
- Dolor al pestañear
- La sensación de cuerpo extraño
- Lagrimeo
- Ojo rojo
- Fotofobia
- Visión borrosa o pérdida de la visión
- Dolor de cabeza
Si experimenta el ingreso de algún objeto al ojo, se recomienda enjuagar el ojo con agua del grifo. No obstante, es importante evitar frotar los ojos durante el lavado o posteriormente, ya que esto podría empeorar el estado de la abrasión.
Si usted presenta alguno de los síntomas propios de una abrasión corneal luego de un golpe, rasguño o ingreso de objetos en el ojo, le recomendamos asistir a un centro oftalmológico, como Clínica Oftalmológica ISV, a la brevedad para prevenir complicaciones.