El glaucoma puede afectar a personas de diversas edades y se origina por diferentes razones: pacientes con diabetes, uso prolongado de esteroides o aumento de la presión intraocular, dada por la imposibilidad de que el humor acuoso del ojo pueda salir y renovarse. Ante esto, un tratamiento de glaucoma es lo más adecuado.
La importancia radica en tomar las medidas a tiempo ya que el glaucoma y su tratamiento tienen un mejor pronóstico con la detección temprana. Debemos apuntar que los daños son irreversibles, por lo que es clave controlarse constantemente.
Glaucoma ocular: tratamiento
En general, el tratamiento de glaucoma es con gotas para los ojos, que se colocan diariamente para disminuir la presión en el ojo. Algunos de estos medicamentos reducen la cantidad de fluido acuoso que produce el ojo, mientras que otros disminuyen la presión ayudando a que el fluido atraviese el ángulo de drenaje con mayor facilidad.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo y disminuye la visión de manera gradual. Generalmente, el glaucoma se produce por la acumulación de humor acuoso en la parte delantera del ojo, lo que aumenta la presión en el globo ocular y daña el nervio óptico.
El glaucoma, conocido como la enfermedad silenciosa, por lo general no presenta síntomas. Sin embargo, dependiendo del tipo de glaucoma que presente el paciente, se pueden identificar determinadas manifestaciones de la enfermedad.
Tipos de Glaucoma:
- Glaucoma Crónico de Ángulo Abierto: Este tipo de glaucoma es el más común entre los pacientes. Se produce gradualmente y por una falla en el drenaje del humor acuoso. Esto genera un aumento de la presión ocular y daño del nervio óptico. Este tipo de glaucoma no resulta doloroso para los pacientes y tampoco genera cambios en la visión durante el primer tiempo.
- Glaucoma de Ángulo Cerrado: Este tipo de glaucoma se produce cuando el iris de una persona está muy cerca del ángulo de drenaje del ojo, provocando que el iris pueda bloquearlo. Cuando el ángulo de drenaje se bloquea completamente, la presión ocular aumenta con rapidez, provocando un ataque agudo. El Glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia ocular, por lo que se debe acudir al oftalmólogo de inmediato; de lo contrario, el paciente podría quedar ciego.
Muchas personas que presentan glaucoma de ángulo cerrado lo van desarrollando lentamente. En estos casos, en un principio no se presentan síntomas, por lo que los pacientes desconocen su enfermedad hasta que el daño es grave o sufren un ataque. Es importante mencionar que puede causar ceguera si no es tratado de inmediato.
El tratamiento de glaucoma dependerá de su tipo y de la evolución que presente. De forma temprana se utilizan fármacos tópicos, pero también se puede necesitar cirugía. Básicamente son tres tipos de intervenciones las que se emplean en la mayoría de los casos:
-Trabeculoplastía: Esta cirugía es para personas que sufren de glaucoma de ángulo abierto. El cirujano utiliza un rayo láser para hacer que el ángulo de drenaje funcione mejor. De esta manera el humor acuoso fluye adecuadamente y la presión dentro del ojo se reduce.
-Iridotomía: Este procedimiento es para personas que sufren de glaucoma de ángulo cerrado. El oftalmólogo utiliza un rayo láser para crear un pequeño orificio en el iris, que ayuda a que el humor acuoso fluya al orificio de drenaje.
– Trabeculectomía: Esta técnica quirúrgica consiste en la creación de una vía directa de comunicación entre la cámara anterior del ojo (estructura que se encuentra entre la córnea y el iris) y el espacio subconjuntival (porción anterior del ojo, por debajo de la conjuntiva). Esta vía se utilizará para favorecer el paso del humor acuoso en la cantidad suficiente para reducir la presión intraocular.
Es pertinente mencionar que todo tratamiento de glaucoma se debe realizar en la consulta de un médico oftalmólogo o en centros quirúrgicos ambulatorios especializados.