La diabetes es una enfermedad muy común que puede provocar complicaciones en la visión de las personas, llegando incluso a la ceguera.
El Dr. Eugenio Álvarez, oftalmólogo especialista en retina y cirugía vitreoretinal de Clínica ISV, explica que la retinopatía diabética es una “complicación de la diabetes, que consiste en un daño progresivo de la retina. Es una de las primeras causas de ceguera en edad laboral. En general, al momento del diagnóstico de diabetes tipo 2, entre un 5 y un 15% de los pacientes presentará algún grado de retinopatía”.
La retinopatía diabética se origina porque “la presencia permanente de altos niveles de glicemia produce un daño a nivel de los capilares y vasos que perfunden la retina, provocando deterioro, tanto por aumento de la permeabilidad o cierre capilar con presencia de isquemia y hemorragias a distintos niveles de la retina. La aparición de neovasos, corresponde a una etapa avanzada de daño, en que aparecen vasos sanguíneos de mala calidad, que pueden sangrar y provocar fenómenos de tracción con la aparición incluso de un desprendimiento de retina”, agrega el médico.
Síntomas y diagnóstico
Si bien todos los pacientes con diabetes están en riesgo de presentar algún grado de retinopatía, mientras mayor sea el tiempo que las personas presenten esta patología, y el hecho de poseer un mal control metabólico (hemoglobina glicosilada mayor al 7%) son descritos como los factores de riesgo más importantes para su aparición y progresión.
De acuerdo con el especialista, “también resulta fundamental el control de otros factores de riesgo, entre los que destacan el control de la hipertensión arterial, dislipidemia, presencia de enfermedad renal y anemia. El embarazo, si bien no es una condición patológica, se ha descrito como un factor de riesgo de progresión”, por lo tanto, es considerado un riesgo adicional y se recomienda que todas las mujeres embarazadas que son diabéticas se controlen con un oftalmólogo.
Uno de los problemas que se presentan para el diagnóstico y control de la retinopatía diabética, es que “ésta puede ser totalmente asintomática hasta etapas muy avanzadas de la enfermedad, creando la falsa sensación de que no hay daño en la retina. Por esto es fundamental realizar un control oftalmológico con un examen de fondo de ojo, con dilatación pupilar para poder anticipar y prevenir la aparición de retinopatía diabética. Obviamente, la presencia de mala agudeza visual y aparición de moscas flotantes hacen necesaria la exploración por parte del especialista”, indica el Dr. Álvarez.
Existen varios grados de retinopatía diabética y para poder determinar qué grado presenta el paciente, el Dr. Eugenio Álvarez señala que es necesario “un examen de fondo de ojo dilatado. De acuerdo con su resultado se define el tipo de tratamiento, si este es necesario y la frecuencia de los controles”.
Desafío Terapéutico
El manejo de la retinopatía diabética “constituye un verdadero desafío terapéutico. Cada tratamiento debe ser personalizado para que nos permita elegir la mejor estrategia para que el paciente logre evitar la aparición de complicaciones y poder conservar la mejor agudeza visual posible”, manifiesta el retinólogo.
Los tratamientos, de esta manera, dependen del tipo de retinopatía diabética que se presente. “En los pacientes sin retinopatía diabética o con grados moderados, se debe lograr el mejor control metabólico, idealmente una hemoglobina glicosilada menor al 7 % y controlar los factores de riesgo. En los cuadros severos, proliferantes, es decir, aquellos que tiene vasos anómalos (neovasos) o con la presencia de edema retinal, se hace necesaria la indicación de tratamiento, que puede ser principalmente láser y/o inyecciones intraoculares de medicamentos. En presencia de sangrado intraocular (hemorragia vítrea), tracción macular o la aparición de un desprendimiento de retina, es necesaria la cirugía retinal llamada vitrectomía”, finaliza.