El glaucoma agudo ocurre cuando aumenta la presión ocular de manera brusca. Se manifiesta a través de un dolor intenso en el ojo, sensación de presión, dilatación de la pupila, visión borrosa, y en algunos casos en la pérdida de la visión.
Esta afección se produce debido a inflamaciones, traumatismos o manifestaciones de un glaucoma crónico. Su origen radica en un bloqueo del humor acuoso, por lo que no puede salir del ojo. Esto provoca un aumento de la presión ocular, lo que trae como consecuencia que el ángulo del iris y la córnea se estrechen.
¿Grupos de riesgo? Algunas personas tienen mayor tendencia a padecer esta enfermedad, como, por ejemplo, quienes tengan familiares directos con glaucoma, personas con ojos muy pequeños y quienes presenten tensión nerviosa o estrés.
La detección precoz del glaucoma agudo es vital para evitar que se pierda un mayor grado de visión, por lo que en caso padecer alguno de los síntomas mencionados, debe acudir cuanto antes a un centro oftalmológico como Clínica ISV.
El glaucoma agudo y su tratamiento
El tratamiento para esta afección, consiste en una combinación de administración de medicamentos para reducir la presión intraocular, que servirá para que el paciente deje de tener dolores y para proteger el nervio óptico. Además, en casos de mayor gravedad, se puede optar por una intervención quirúrgica con láser.
Existen otros tipos de glaucoma: el glaucoma de ángulo abierto y de ángulo cerrado, de los que dependiendo de las causas, se determinará el tratamiento a seguir.
El glaucoma de ángulo cerrado: tratamiento
Cuando el glaucoma llega a ser crónico, se divide en dos tipos: cerrado y abierto.
El glaucoma de ángulo cerrado ocurre cuando el humor acuoso no puede salir del ojo. El tratamiento definitivo consiste en la realización de una iridotomía periférica con láser, que crea un pequeño agujero en el iris, favoreciendo la circulación del líquido atrapado.
En cambio, el en caso del glaucoma de ángulo abierto, la presión del ojo es paulatina, por lo que el tratamiento dependienderá de la evolución de la enfermedad. En su mayoría el tratamiento inicial es con medicamentos tópicos en distintas combinaciones, y la cirugía puede ser necesaria solo en casos más avanzados.
En caso de presentar síntomas como los mencionados, lo más recomendable es acercarse a una clínica oftalmológica, que sea confiable y que cuente con experiencia en el tratamiento tanto del glaucoma agudo como el de ángulo cerrado.
Ante un caso de glaucoma agudo, se recomienda acudir a un médico oftalmólogo especializado en el área. En clínica ISV brindamos servicios oftalmológicos de excelencia, oportunos y de alta calidad técnica y profesional.