Llegó la temporada de vacaciones y con ella los viajes y escapadas de la ciudad. Si bien esta época es sinónimo de relajo y entretención, son muchos los peligros asociados a las actividades estivales, por lo que conviene estar preparados con un botiquín para enfrentar algunos trastornos propios de esta época del año.
Los cambios de estilo de vida durante las vacaciones pueden gatillar la aparición de problemas a la salud como diarreas, estreñimiento, otitis, quemaduras e, inclusive, dolencias oculares. Es por ello, que contar con un buen suministro de medicamentos resulta fundamental para aliviar las molestias causadas por las típicas afecciones turísticas.
Para contar con un completo botiquín de primeros auxilios, se debe comenzar por analizar el lugar al que se quiere viajar. No importa si nos dirigimos a algún país exótico o viajamos a una ciudad vecina, cada lugar presenta sus propias amenazas y debemos considerarlas si queremos vacacionar con tranquilidad.
Dolencias oculares
Durante las vacaciones de verano, las actividades al aire libre, las idas a la playa y a la piscina, son algunos de los factores que propician la aparición de distintos trastornos oculares. Afecciones como la conjuntivitis, irritación conjuntival, alergias oculares o queratitis, entre otros, son parte de los problemas oculares más comunes a lo largo de la época estival.
Una de las principales afecciones en período de vacaciones es la conjuntivitis. Este cuadro se caracteriza por provocar el enrojecimiento de la conjuntiva del ojo, fotofobia y sensación de irritación o arenilla en el ojo. Dentro de los signos más característicos de esta afección, destaca la aparición de secreciones de color amarillo que se endurecen y dificultan la apertura del ojo, sobre todo, durante las mañanas.
Si bien las causas que dan origen a la conjuntivitis pueden ser variadas, durante el verano es recurrente que este cuadro se produzca por una prolongada exposición al sol, golpes o traumatismos en la zona del ojo, o alergias estacionales.
Recomendaciones de cuidado
Para aliviar las molestias oculares provocadas durante el verano, se pueden aplicar compresas frías y colirios de suero salínico, elementos que deben estar presentes en el botiquín de vacaciones. Sin embargo, si sus molestias persisten se recomienda acudir a un centro especializado, como Clínica Oftalmológica ISV.
Durante los meses de verano se recomienda a adultos y niños el constante uso de gafas con un adecuado filtro de protección UV, para evitar daños oculares debido a la exposición a solar. Del mismo, el uso de la playa y la piscina debe realizarse con la debida protección de lentes protectores al agua, debido a las partículas y cloro presentes en el agua.